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Educando con cariño: Crianza con límites y apego

LAM

Por: Psic. Fabiola García y Bárbara Mendez

Las nutrias son mamíferos sumamente inteligentes, capaces de utilizar herramientas y aunque disfrutan de jugar en grandes grupos, se defienden y cazan de manera voraz.

Para no alejarse mientras duermen flotando, se toman de sus patas y así evitar ser arrastradas de su grupo por la corriente.

Enseñan a nadar y pescar a sus crías, les dejan aprender técnicas de caza acercándoles los peces, no cazando por ellas y cuando las crías están cansadas por nadar, las recuestan en sus vientres y permanecen flotando, todo esto hasta que estén listas para su dispersión.

Hay mucho que podemos aprender de ellas, de sus cuidados y formas de enseñar.


La familia y el desarrollo socioafectivo


Las prácticas de crianza, es la manera en que la familia responde a las necesidades, orienta

y transmite al niño/a los valores, normas, habilidades sociales y afectivas, las cuales están relacionadas con el manejo y resolución de conflictos, comunicación, autoestima, conductas prosociales (como el cuidado y responsabilidad de otros seres vivos) y la regulación emocional; todo esto es lo que le permitirá crecer como un niño feliz y por ende un adulto sano.

La atención comprensiva y clara se ve reflejada en niños que manejan de mejor manera el estrés; una comunicación afectiva se refleja en su desenvolvimiento social; mientras que los límites claros muestran a niños seguros y autosuficientes.


La enseñanza y la afectividad


La conducta de los niños está mediada en gran medida por lo que sus padres les transmiten como los valores, hábitos, la aceptación a su individualidad, el afecto que se expresa y la respuesta que hay cuando se presenta un conflicto o se responde a lo que es inadecuado.

La forma más significativa de enseñarles y guiarlos es a partir del respeto y la atención, brindándoles pocas palabras ya que no necesitan grandes explicaciones y dejarlos hacer lo que ellos pueden aunque no lo hagan perfecto, que cometan errores, que tiren y levanten las cosas sin apuro, evitando hacer las cosas por ellos con intención de facilitarles ya que con practica y paciencia mejorarán sus habilidades y aprenderán que en un principio no tendrán los resultados más eficientes pero si se esfuerzan lograrán lo que se proponen, aprenderán a ser más tolerantes con ellos y con otros, a cometer errores y solucionarlos, porque tienen la capacidad de ello sin que alguien con mayores habilidades lo resuelva todo por ellos.

Una prioridad debe ser criar niños y niñas fuertes y seguros emocionalmente, esto significa que puedan poco a poco aprender a enfrentar frustraciones, a conocer y saber qué hacer con sus emociones e impulsos, a ser capaces de ponerse en el lugar del otro, a tolerar el estrés, a aprender a valorarse, a confiar en sí mismos, a tener esperanza y a saber relacionarse con los demás.

Para ello también es importante permitirles que se involucren en el juego con sus pares, ya que ahí se enfrentan a desafíos, alegrías y practican lo que aprenden en casa.

Cuando los niños o niñas, están acostumbrados a ser bien tratados, puede ser perturbador que se encuentren en espacios donde no reciben el mismo trato, como ser agredidos por otros niños; por lo que también se les debe enseñar a mantenerse en calma, acompañarlos, hacerlos sentir seguros y brindar un fuerte abrazo, para que pueda actuar de una manera más inteligente, orientándolos a entender qué fue lo que sucedió y si es necesario hacerle ver su responsabilidad en el conflicto (por ejemplo, no esperó su turno). Hay experiencias que son necesarias para su aprendizaje, por lo que el querer alejarlos de todo conflicto, o solucionarlos por ellos completamente, podría representar mayores problemas en un futuro. Las soluciones deben ser afectivas y asertivas.


Límites necesarios


Poner límites es enseñarles lo que es sano, lo que puede causarles algún riesgo, a

ajustarse intelectualmente a las normas, comprender cuando es necesario poner un alto, cuándo es importante que ellos decidan, cuándo deben solicitar ayuda y que es necesario que controlen sus impulsos.

Establecer límites es solo posible cuando se tiene una relación cálida, confiable, honesta y respetuosa, es decir, para poner límites no hay que estar enojado, sino convencido.

Probablemente esto signifique pedirle al niño que haga algo que sea diferente a sus impulsos, es decir, que debe reaccionar diferente a pesar de que sienta rabia por lo que al establecer reglas es importante considerar que:


¿Qué necesita mi hijo/a?


Al momento de corregir

Cuando se trata de corregir conductas de los hijos que no son adecuadas y que pueden representar un riesgo, es necesario que se realice en el momento de la acción, en un espacio seguro y que se responsabilicen de ello, aunque no es algo sencillo, es corregir la acción, no corregir quién es él/ella.



Para conocer más sobre cómo podemos ayudarte con este y otros temas con tu hijo o hija escríbenos a: fabiola@lamterapia.com o a contacto@lamterapia.com


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